Herida de la infancia 1 – Abandono
En el artículo anterior tuvimos una breve introducción a las 5 heridas de la infancia, en este artículo hablaremos de la primera, miedo al abandono, así que prepárate y regálate un momento para contactar con tu interior.
En nuestra vida vamos a experimentar muchos miedos, pero como menciona Gabriela Perez Islas en su libro Elige no tener miedo (1ª Edición, México, Booket, 2016): “sólo tres miedos son realmente innatos, el miedo a caer (al vacío), miedo a los ruidos fuertes y miedo al abandono”. Pero A quienes se les abandona y porqué se considera como tal? El abandono es la ausencia física, emocional y/o de aprendizaje de los padres con los hijos, en este contexto podemos decir entonces que el abandono lo sufren quienes se encuentran incapaces de valerse por ellos mismos, se le abandona a un niño, a un enfermo y a los ancianos, no existe el abandono a una persona con los recursos suficientes para valerse por sí misma, ahora bien si es uno de los tres miedos que son innatos, tenemos ya cierta predisposición a presentar algún rasgo de esta herida.
Los niños necesitan padres que lo provean de todo lo necesario para crecer, que les brinden protección y estructura, necesitan tiempo para jugar, verlos a los ojos y comprender su lenguaje simple, donde se sienten amados, vistos y aprobados, necesitan estructura, horarios para hacer deberes acorde a su edad, para tener una primer figura de autoridad, cuando eso no se le brinda a un niño; vive una ausencia que le genera una angustia enorme, lo vive como una experiencia de total desprotección, miedo y soledad.
Si tuviste como yo y como muchas personas en el mundo, padres que trabajaban y que por buscar brindar un mejor presente y futuro a la familia, no se hicieron cargo completamente de la disciplina de los niños es probable que en consecuencia se haya imposibilitado a los hijos para afrontar algunas situaciones en su vida, porque crecer sin estructura (supervisión, reglas, horarios) provoca que tengan poco o nulo respeto por la autoridad y exista una incapacidad de sostener metas y disciplinas, cuando los padres disciplinan con ese acto, dicen a sus hijos cuanto los aman, Ahora comprendes porqué muchos jóvenes tapan su soledad con indisciplina, fiestas y poco compromiso?, pero recuerda que el conocimiento de todo esto no es para buscar culpables, sino para hacer cambios que impacten positivamente en nuestra vida y la de los demás.
Cada herida de la infancia genera una personalidad, esto no quiere decir que todas las características que mencione deban de cumplirse, pero desde una generalidad existen rasgos físicos en común, características emocionales, y las creencias que desarrollan las personas acerca de su vida, a esto se le conoce como máscara, es decir es lo que se muestra al exterior.
Los rasgos físicos que presentan son, cuerpo flácido, sin tono muscular, hombros y pechos caídos, joroba, pecho hundido, posición de poca autoridad y seguridad, ojos tristes como pidiendo protección, cuerpo con poca fuerza.
Los rasgos emocionales que se presentan son mayormente tristeza, sentirse desprotegidos, molestos con la vida porque no les dio lo que a los demás, suelen ser unas personas irascibles, coléricas, que reaccionan con actitudes fuera de control, celos frecuentes, berrinches, les encanta hacer sentir a los demás que son responsables de ellos y manipula así a quienes los rodean.
Las creencias que adoptan es hacer responsable a los demás menos ellos, sienten que la vida les debe protección, amor y que les debe pagar, suelen necesitar mucho a otros para sobrevivir y no logran mucho de manera propia, piensan que las cosas son difíciles de cambiar y que deben aguantar mucho, aunque ya estén hartos.
La herida de abandono, la origina en nosotros el padre del sexo opuesto, si tu te has identificado con las características de la herida de abandono pero con el padre de tu mismo sexo entonces mas bien tu herida puede ser el rechazo (más adelante hablaremos de esta).
Los daños colaterales de tener la herida de abandono es ignorar el valor por ti misma y olvidar tus necesidades, permitir el abuso desarrollando relaciones dependientes (relaciones de pareja, laborales, familiares y amistosas), abandonarte a ti, a tus sueños, vivir victimizándote y vivir sin estructura y congruencia, decir y no hacer, ten en cuenta que entre más repites estas acciones más grande será tu herida y lo que buscamos es sanarla, no fortalecerla.
El antídoto para la máscara del abandono es, afrontar la vida como un adulto, responsabilizarte de una vez y por todas de tu vida y tu felicidad, comprometerte contigo, establecer límites y reglas en tu vida y respetarlas, terminar lo que comienzas, reducir al máximo la queja y dejar de creer que todo está mal, ver todo lo bueno que hay en ti y dejar de ser complaciente, el reconocimiento a ti misma es algo sumamente importante.
Hoy en día tienes muchas herramientas a la mano para ir sanando esta herida, una de ellas es iniciar un proceso de transformación personal dónde como facilitadores guiamos con acciones oportunas para la generación de cambios, existen libros e incluso películas que brindan mucha luz en el proceso de darse cuenta y si además te encanta el tema de aromaterapia como a mí, puedes echar mano de este recurso, ahora que ya sabes acerca de la herida de abandono no se vale hacernos de la vista gorda y no sanar, si tienes hijos, son tu gran oportunidad de sanar y sanarlos, proporciona tiempo de calidad, que sean vistos por ti, aprobados y que vean tanto tu dirección como tu protección porque con ello les envías unos de los mensajes más hermosos, les estás diciendo lo importantes que son.
Espero que la información te haya ayudado y nos leemos en el siguiente artículo para hablar de la herida de rechazo, recuerda dejarnos tus comentarios.
Conoce a quien escribe!
Gabriela Espinosa – tengo 33 años, soy soltera, mi formación profesional es en Licenciatura en Administración con énfasis en Gestión de Capital Humano en el Instituto Tecnológico de San Luis Potosí y en el 2017 estudié la Maestría en Desarrollo Humano en la Universidad Champagnat, durante 10 años colaboré con empresas de consultoría en el área de administración y finanzas y como director de Capital Humano. Actualmente contribuyo a la sociedad como profesionista independiente, soy fundadora de Renace, Acompañamiento Emocional, soy distribuidor autorizado de Young Living Essential Oils y embajadora de copas menstruales Agelcup en SLP. Mi anhelo más grande es formar
una familia y vivir de mi emprendimiento para pasar tiempo de calidad con mi familia.
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